Un puesto de tortas y tacos en la carretera México-Texcoco fue la puerta al mundo de la gastronomía para el chef Christian García, que nació en la emblemática, populachera, conflictiva y pero muy unida alcaldía Iztapapa, en la Ciudad de México.
“Desde niño he tenido la facilidad, gusto y pasión por cocinar, recuerdo que a los nueve años al salir de la primaria tenía que ir a trabajar. Primero aprendí a hacer la producción de tripa, cabeza, suadero y pastor, posteriormente me encargaba de preparar las clásicas tortas, jamás lo vi como un trabajo, me encantaba ir al puesto”, recuerda Christian en entrevista con CocinerosMX.
Esa etapa de su vida fue crucial porque descubrió su verdadera profesión y desde aquellos días supo que se quería dedicar a la cocina, así que al terminar el bachillerato se fue a estudiar a la Universidad del Caribe, una de las mejores universidades públicas de Gastronomía, para luego continuar sus estudios de posgrado en la Universidad del Claustro de Sor Juana, una de las más reconocidas en la Ciudad de México.
“Siempre he tenido que trabajar para sostener mis estudios, aprendí lo cruel, desafiante, complicado y exhaustivo que puede llegar a ser el camino del chef trabajando en hoteles de Cancún, desde abajo. Siempre enfocado en aprender”.
Después de todos sus sacrificios, un día tuvo la oportunidad de asesorar la apertura de un restaurante mexicano en Noruega, “honestamente sentí que quizás todo lo que había hecho, aprendido y estudiado anteriormente era para aceptar y tener éxito ante esta oportunidad”, así que el 16 de febrero de 2016 comenzó una nueva aventura.
Noruega acogió a Christian García de la mejor manera y es que el chef llegó en un momento en el que la cocina mexicana comenzaba a ser una opción para las mesas de los locales. Sin embargo, como bien nos platica, es muy fácil hacer creer a los noruegos que el tex-mex es lo tradicional en México, pero no por mucho tiempo porque no perdió la oportunidad de presumir la verdadera gastronomía mexicana elaborando tortillas a mano, guacamole con sabores auténticos y salsas artesanales preparadas ante los ojos atónitos de los comensales que lo visitan.
El chef afirma que pronto los noruegos mostraron fascinación por sus preparaciones, pues está demás decir lo rica y basta que es la cocina mexicana. “Desde aquel día en el que aterrizó mi avión hasta hoy, no he dejado de hacer país, me he dedicado a representar a nuestra cultura a través de la comida y la gente local pide más”, cuenta García con orgullo.
Hoy en día dirige el restaurante mexicano Coyo en Noruega, en verano los llenos son totales, sus platos son adaptados al concepto de sharing, fácil de emplatar y con decoraciones frescas e inteligentes, mientras que en invierno el concepto cambia un poco y ofrece una cocina mexicana más creativa, bajo el modelo del fine dinning, pero siempre apegado a las bases tradicionales.
Para Christian García la humildad es uno de los ingredientes secretos con los que todo chef debería contar y recomienda a todos los cocineros que viajan a otros países que sean humildes y estén siempre dispuestos a adaptarse, a manejarse con flexibilidad e inteligencia.
¿Qué ha sido lo más difícil de vivir en el extranjero?
Desde el día en que abordé aquel avión se tatuó en mi mente la escena de la despedida con mi familia. Dicha imagen me acompaña en cada momento, en cada parpadeo, en cada sueño.
Soy realmente infeliz en ese sentido, ni el clima, ni el idioma, ni la cultura, ni nada, me desestabiliza más que ese dolor que es parte de cada uno de los latidos de mi corazón.
¿Qué ha sido lo más satisfactorio de vivir en el extranjero?
Principalmente el tener la posibilidad de brindarle seguridad a mi familia, estoy aquí porque sé que económicamente no les falta nada. Profesionalmente estoy muy contento, me llena de orgullo ponerme mi filipina mexicana y salir a platicar con los comensales, guiarlos en su camino de encuentro con el México gastronómico. Preguntarles ¿Qué les gustaría aprender?
Me encanta ver crecer a mis cocineros. Amo aprender y practicar a diario y claro, la dicha y la calma al entregar resultados positivos al patrón.
Arraigo a su tierra
Soy mexicano, soy hombre del maíz, mi corazón ha sido testigo de más de mil maravillas que solo existen en mi México.
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Entrevista por Brenda Vega
